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viernes, 25 de febrero de 2011

Mi dón y fisiológica Adicción

Últimamente me ha buscado mucho más de lo que lo hacía antes. Aún no puedo descifrar porqué me solicita tanto. Ya conocía perfectamente los momentos que lo hacían acercarse a mí, y eran éstos los que evitaba para no encontrármelo. Pero derepente situaciones que antes pasaban desapercibidas por él, ahora son profundas estacas que lo enfurecen de una manera descontrolada, tanto así que ya no me siento segura en ninguna parte. No sé cuando ni como se va a presentar y sólo me queda aislarme bajo su abrigo.

Ha sido eternamente incontrolable y he aprendido a vivir teniéndolo amarrado a mis pies, impidiéndome caminar con elegancia y obligándome a saltar avergonzada. Aún así no puedo negar que en mi adolescencia, cuando todo el mundo conspiraba contra mi, el fue mi soporte y desahogo. Y que hasta el día de hoy hay veces que lo necesito con urgencia, lo busco y lo provoco porque me hace bien tenerlo al lado mío, puedo olvidarme de las caretas y simplemente dejarme caer en la inercia de su presencia. Aunque suene deprimente incluso llego a disfrutar de sus desenfrenados escándalos que me obligan constantemente a ocultarme de todo ser humano que se encuentre cerca. 

Nadie que tenga por naturaleza la crítica puede verme con el. Dirán que soy egoísta, y puede ser, pero él es tan mío, tan posesivamente vinculante que pierdo toda credibilidad cuando está conmigo. Me siento muy avergonzada a su lado, soy tan frágil en sus brazos que mi vulnerabilidad queda en carne viva, y no puedo permitir demostrar mi debilidad entre los demás integrantes de ésta selva. Se que a él también le gusta estar a solas con migo, y cuando estamos seguros que nadie nos observa, me entrego por completo y él me manipula a su antojo.

Hago tanto esfuerzo por mantenerlo oculto que son pocos los que saben de mi atormentada relación con él. Desearía que no lo supieran, pero debido a que es incontrolable y aparece cuando quiere, me ha llevado a presentarlo a diversas personas, pero sólo a las que más amo les he explicado lo nuestro. Lamentablemente, como es obvio, dicen que me hace mal, se preocupan de inmediato por mí, y piensan que me pasa algo grave de verdad, cuando no es así, simplemente el estuvo jugando conmigo. En cambio otras personas no creen que el me domine y dicen que sólo lo tengo para justificarme. ¡Ojalá fuera así de simple!. Así que decidí guardarme todo en mí, y vivir con sus inesperadas visitas en silencio

Estoy tan aburrida de sus manipulaciones, me hacen sentirme del tamaño de una hormiga al lado de los demás, a tal extremo que ya tengo terror a formar otros lazos afectivos porque a la menor provocación él ya está a mi lado, apretando mi garganta, acelerando mi corazón, moviendo intermitentemente mis piernas, haciendo transpirar mis manos y rezando mentalmente a que se valla. Y mientras más le pido que se aleje de mí, más se apega y todo se duplica en intensidad.

Hay veces que logro contenerlo por un cierto periodo de tiempo, en especial aquellos en donde las risas alumbran mis respiros, donde soy libre y mis aciertos logran calmar  mis fracasos, un tiempo  donde no puedo evitar el susurro constante de que él aparecerá en cualquier momento y me va a hacer pagar cada segundo de su ausencia en arrebatos de locura y desesperación, explotando en sus gritos y apartando sus húmedas caricias de mi cara.

No es mi amigo, ni mi enemigo, no lo quiero conmigo, pero lo necesito para vivir, tenemos una dependencia mutua y no excluyente. Es mi fisiológica adicción, me ha hecho dependiente a su salado sabor, y ya no puedo dejarlo. 

Se supone que la relación entre él y yo debe ser natural. Es sólo un sentimiento más. Una muestra de afecto, empatía… ¿Porqué no lo siento así? ¿Porqué es tan traumático? Si es tan parte de mí como reír, hablar, cantar, caminar. ¿Por qué a éste no lo puedo controlar?
 
El llanto no me quiere abandonar, aunque son pocos lo motivos que lo obligan a estar conmigo, el no me quiere dejar.  Pensé que ya había aprendido a vivir con el al lado, pero siempre me sorprende con alguna razón nueva para aparecer.

Me ha hecho tan vulnerable, tan tímida, tan reprimida, sólo puedo actuar cuando el me lo permite, cuando sus  gotas saladas no enrojecen mis ojos, es ahí cuando puedo mirar sin esconderme, sin aislarme. A pesar de que me ha convertido en una persona solitaria, me ha dado el mejor regalo de humanidad existente.  La compasión.

Tu dolor es mi dolor, tu tristeza es la mía, y a la vez tu alegría me enriquece. La sensibilidad, la compasión y sólo el amor me permiten sentirme viva. Es difícil vivir así, es muchas veces vergonzoso pero mi corazón late más fuerte cada día, más fuerte que muchos de aquellos que no lloran. 

Mi corazón está vivo gracias a que lloro, gracias al dolor que siento por otros, gracias a mi llanto soy feliz, puedo observar los colores más hermosos con una lágrima en mis ojos, puedo apreciar una madre y sentir el cobijo que da a sus hijos. Puedo ver la fidelidad en los ojos de un perro, la aventura en los saltos de un gato, la armonía en el canto de un ave.

Gracias a él he aprendido a disfrutar lo más superficial que es para muchos como lo más maravilloso de la creación, gracias por darme está increíble visión de la vida. Me arrepiento de todas las veces que quise quitármela por que el llanto me acosaba incansablemente, hoy ya entiendo que es el mejor don que el señor me ha dado.

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